La esmerada presentación de esta obra (Diari de l’expedició santanyinera al voltant de Mallorca, 1899, Adrover Vicens, S.A. -curador- El Gall Editor, Pollença, 2019) nos hace presagiar su excelente contenido. Y cada nueva visita a ella nos reafirma en que esta primera impresión no es desacertada. La labor de Sebastià Adrover en su papel de curador, el cual excede al de simple editor, es destacable, consiguiendo una inmejorable obra. Son cinco los manuscritos originales que dan pie al proyecto, Acta del Projecte, Diari de l’Expedició Santanyinera al rededó de Mallorca á bordo d’es llaut S. Miquel, Signatures Coves d’Arta, Compte del Rebost i Llibre de Caixa. El propio Diari recoge los acontecimientos más señalados durante el periplo alrededor de Mallorca de 9 componentes del Real Gremi d’Asolladors de Santany a bordo del llaut SANT MIQUEL. Periplo de 11 días iniciado el 26 de julio de 1899, desde Cala Santany hasta Ciutat (Palma de Mallorca). Destacan los puertos a los que arriban, su vida a bordo y el buen humor reinante, el desembarco a tierra, haciendo mención de los sitios de principal interés: las cuevas del Drac y de Artà, el castillo de Capdepera, el Torrent de Pareis, …. La descripción de estos lugares, así como de la travesía entre ellos, destaca su belleza, de manera que nos lleva a la memoria las obras de autores de libros de aventuras tales como Verne, Stevenson, Defoe…
Estos cinco manuscritos están acompañados por una serie de artículos relacionados, desde diferentes puntos de vista, con el contenido de ellos, principalmente del Diari. Artículos que han sido escritos por expertos conocedores del aspecto en el que se centran, y es difícil decir si uno –o varios- de ellos sobresale sobre los demás. Desde el de Teodor Suau –del que tengo referencias de su buen hacer desde hace alrededor de 50 años- en el que nos habla sobre la distinción turista-peregrino, nos indica lo que más ha captado su atención y nos ayuda con sus referencias históricas y demográficas a contextualizar el periplo de los navegantes, hasta el Quadern de bitàcola, obra de Jaume Ferrando, tan ameno e ilustrativo para los legos en la materia. En él podemos encontrar una descripción aproximada de las características del SAN MIGUEL (alrededor de 13 metros de eslora y 4 de manga), un glosario de los términos marineros del Diari, la descripción de los puntos de la costa mallorquina, significativos para los viajantes, con referencias a los puntos del Diari en que se alude a ellos… Entre estos escritos encontramos “La senalleta” de Tomeu Arbona, acreditado gastrónomo, a quien hay que agradecer, más allá de este artículo, la recuperación de recetas de cocina tradicionales, y que ensalza el uso de los productos de proximidad, como necesariamente tuvieron que hacer los expedicionarios. Subraya el gozo de compartir la amistad con el paisaje y una comida sencilla, veraniega, algo que debieron conocer bien los expedicionarios en su viaje estival. Nos aporta además diversas recetas, a cual mejor.
Igualmente interesante es la extensa aportación de Sebastià Vidal que nos permite hacernos una idea del entorno de la expedición, donde se forjó, quienes fueron los participantes, la sociedad a la que pertenecían… Y recordándonos a los famosos viajeros que ya habían ensalzado la belleza de la isla.
Prólogo y epílogo completan esta edición. Es encomiable el cuidado con que los integrantes de la expedición prepararon la aventura desde todos los puntos de vista, el apunte minucioso de los gastos, las vituallas con que emprendieron el viaje y las que fueron comprando en sus desembarcos.
Sería largo enumerar los aciertos y la belleza de la obra, que es imposible plasmar en este comentario. Valga afirmar que se trata de una excelente obra a la que da gusto volver una y otra vez.