Henos aquí ante otro hito en el que parece imparable proceso de fusiones y adquisiciones en todos los ámbitos de la cadena logística. ¿Efectos de la globalización? Muy posiblemente; pero además hay, seguro, algunas otras consideraciones que hacer.
Nos estamos refiriendo a la compra por parte de Deutsche Post DHL, de Hillebrand, un clásico freight forwarder especializado en bebidas, alcoholes y líquidos no peligrosos envasados o sin envasar. Uno de los mas conocidos en los mercados europeos y norteamericano, expandido a Extremo Oriente y hoy de cobertura global. La cifra se estima en unos 1760 millones de dólares USA por el 100 por ciento de las acciones. Compra que parece que DHL financiará con fondos propios.
Resulta evidente que la adquisición coloca a DHL en una de las primeras posiciones en este mercado. Hillebrand es un primer espada, y con toda seguridad la venta satisfará satisfará a sus propietarios. La compra-venta debe de ser aprobada por los organismos de la competencia de EEUU y UE, que no dudamos que ocurrirá. Hasta aquí bien; pero estamos asistiendo a unos procesos de concentración que son preocupantes.
De una parte, los armadores de contenedores con su decidida política de desarrollo vertical: buques, terminales, plataformas digitales de servicios integrales, seguros, transporte a puerto de contenedores, y concentrando en manos de ocho o nueve de ellos mas del 80 por ciento del tráfico mundial de contenedores.

De otra, los grandes freight forwarders: Khune&Nagel, DSV-Panalpina, DPDHL… comprando y haciéndose cada vez mayores.
Difícil de argumentar contra estas adquisiciones, que no fusiones. Son simplemente compras estratégicas para consolidar posiciones y dominar cada vez mayores parcelas del mercado. Salvando las distancias entre los armadores y los freight forwarders, estos últimos en absoluto ayudados por políticas permisivas hasta ahora en detrimento de la libre competencia, la realidad es que las gigantescas empresas fruto de las adquisiciones resultan cada vez mas dominantes y ello no beneficia en nada a la libre competencia y la transparencia de los mercados. Pero esta parece ser la tendencia que nos trae la digitalización aplicada a la globalización: grandes conglomerados empresariales con un enorme poder en su campo de acción, en este caso la logística.
Todo ello sin olvidarnos de los Amazón, Alí Baba, etc. que operan en otra dimensión, pero con efectos altamente dañinos para que se cumpla el ideal de John Stuart Mill: que sean los mercados los que regulen la economia; pero si los mercados están dominados por pocas empresas, ¿qué clase de abierta competencia se puede dar?
¿Son conscientes de ello quienes nos gobiernan?
Nota final: la danesa DSV está presionando a DBSchenker para hacer una oferta de compra.