No solo van a ser el amoniaco, el metanol, los biocombustibles y el hidrógeno las estrellas de la descarbonización.
Muchas otras y muy loables iniciativas se están ensayando y algunas aplicando prácticamente en la navegación marítima. Es el caso de la utilización del impulso eólico. Desde NAUCHERglobal ya hemos informado acerca de los generadores movidos por la fuerza del viento (rotor sails) que se han instalado en buques de pequeño y medio tonelaje y de algunos sistemas vélicos de gran interés; pero hoy queremos traer aquí una iniciativa de K-Line (Kawasaki Kisen Kaisha), uno de los grandes armadores japoneses, para dotar a sus buques graneleros, de un sistema parapente.
El sistema seawing de Airsea, consiste en un una vela que se despliega desde una instalación colocada en la proa de un buque bulkcarrier y como un parapente se eleva hasta 300 metros por delante del buque y por encima del nivel del mar. Como es natural, el viento se debe de “cazar” a popa del través, las “ceñidas” no son recomendables aquí.
La utilidad del sistema, en presencia de viento, permite reducir el consumo de combustible (aproximadamente un 20 por ciento), y en consecuencia las emisiones de CO2 y partículas de efecto invernadero.
Pero lo que sí es evidente es que K-Line equipa con este sistema a cinco de sus bulkcarriers: tres capesize de aproximadamente 200.000 toneladas métricas de desplazamiento y dos post panamax de menor capacidad, que estarán operativos con el sistema seawing a finales de 2022.
Y es que los armadores japoneses: Nippon Yusen Kaisha, K-Line y Mitsui OSK Lines mantienen una muy loable actitud de inversión en tecnologías que permitan una efectiva reducción de los niveles de contaminación de los buques en la mar.