La logistica de la ceremonia y de la celebración fue impecable, el transporte de los invitados cómodo y puntual. No hubo viaje en barco, aunque la boda y el convite se oficiaron a pocos metros del mar. Yolanda, ya su esposa, en declaraciones a NAUCHERglobal admitió estar preparada para compartir la vida con un periodista enamorado -también- de su profesión.
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