Grosso modo y sin entrar en grandes disquisiciones intelectuales, con todas las licencias científicas y lingüísticas, nos atrevemos a decir que el mundo marítimo cumple, las leyes de Newton.
Estas leyes, denominadas del movimiento explican la mayor parte de los problemas planteados por la dinámica y se aplican también al mundo empresarial y administrativo y como no, también al practicaje.
La primera ley refiere a que todo cuerpo tiende a mantener su estado de reposo o movimiento uniforme salvo que se imprima una fuerza sobre él; tiene en cuenta que los cuerpos están sometidos a fuerzas de roce o fricción que los frena progresivamente.
Es la ley de la inercia ó del dejémoslo estar, de la renuncia. Está vinculada a perder las riendas. A sucumbir a la desgana ó a los intereses de otros.
La segunda ley, determina que si se aplica una fuerza a un cuerpo, éste se acelera. La aceleración se produce en la misma dirección que la fuerza aplicada y es inversamente proporcional a la masa del cuerpo que se mueve.
Es la ley de la fuerza interna. La ley del ser y del querer ser.
Finalmente, la tercera ley de la acción y reacción.
Es la ley del aquí estamos, la ley del creer.
Fue en el año 2008 cuando el Colegio Oficial Nacional de Prácticos de Puerto, propuso a la Dirección General de la Marina Mercante la necesidad de afrontar los Cursos de Formación que estaban previstos en nuestro Reglamento desde 1996 y nadie se atrevía a desarrollar pese a la existencia de una Resolución de la Organización Marítima Internacional que así lo recomendaba.
La dispersión de los Prácticos y su escaso número imposibilitaba la asistencia a Jornadas Técnicas y Congresos donde se pudieran armonizar procedimientos, actualizar conocimientos, discutir y difundir asuntos técnicos, compartir experiencias, fomentar el intercambio, la ayuda mutua y sembrar la inquietud en sentido amplio.
La tarea no era fácil, pero lo hicimos; con el apoyo de muchos, por supuesto, de la Dirección General, del Centro Jovellanos, de Puertos del Estado (confirmamos sí, de Puertos del Estado), de Capitanes Marítimos, de un Presidente de una Autoridad Portuaria, de psicólogos, de expertos en formación, en comunicación, en análisis de accidentes, en simulación y como no, con nuestras propias fuerzas, con la polivalencia y experiencia de Prácticos jóvenes y veteranos. Todos a una con el propósito de mejorar nuestro servicio a la comunidad marítimo portuaria.
Pero lo más importante… lo hemos vuelto a hacer, mejor, dos pasos más, con el convencimiento, aprobación y la fuerza de todos, con la ayuda de casi las mismas instituciones, distintas personas, algunas se quedaron en el camino, otras singladuras, envidiadas y jubilosas algunas.
La Resolución del 4 de febrero de 2013 de la Dirección General de la Marina Mercante marca un hito en la Formación Continua de los Prácticos. Un proyecto a la vanguardia de los países más avanzados.
A todos muchas gracias.
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