Como ya señaló ayer NAUCHERglobal, la compleja operación para enderezar el buque se inició cerca de las 08.30 horas de ayer lunes, gracias al trabajo conjunto del consorcio italo-estadounidense, formado por las compañías Micoperi y Titan Salvage (ver noticia relacionada).
Tras cerca de 20 horas de tarea sin interrupción, a las 04.00 horas de hoy, hora continental europea, el responsable del operativo de rotación del crucero, Nick Sloane, junto al junto jefe de Protección Civil, Franco Gabrielli, daban por finalizado un proceso que ha llevado a rotar el crucero unos 65º a babor. Las primeras palabras de Sloane a la numerosa prensa internacional que se dio cita en la pequeña isla fueron las siguientes: «Hay muchos daños en el barco y habrá que hacer comprobaciones». No obstante, no se han lamentado daños personales ni ecológicos en la operación.
Uno de los momentos más importantes tenía lugar hacia las 19.00 horas de ayer, cuando el buque había realizado la rotación de aproximadamente 25º. Fue entonces cuando se vivió el único momento de nerviosismo, pues los 56 cabos de acero, anclados a las 13 torretas que debían hacer rotar el buque hacia la plataforma submarina construida sobre el lecho, dejaban de actuar con la fuerza de los gatos hidráulicos para dar paso a la acción de los 15 cajones adosados en el lado de babor del buque. Estos cajones eran rellenados con sacos de cemento, poco a poco, para lastrar el buque y llevarlo a babor hasta llegar a la posición final (ver el video relacionado, de Crowley Maritime).
Después de haber finalizado con éxito una de las partes más delicadas de la operativa que debe llevar -el próximo año- a desguazar el buque en el cercano puerto de Piombino, queda la no menos complicada tarea de iniciar el reflotamiento -propiamente dicho- del buque. Para ello, los ingenieros del consorcio han previsto adosar 15 cajones de acero (ya construidos) en la parte de estribor, la más afectada (ver las imágenes adjuntas) por el naufragio.
Estos cajones serán rellenados paulatinamente con aire comprimido, en una maniobra que puede llevar unos seis meses, con la finalidad de estabilizar el buque y que los citados cajones actúen como elementos de flotación con los que poder remolcar, posteriormente, el pecio a puerto.
Se ha tratado de una de las operaciones de rescate marítimo más importantes de la historia, sino la que más. De lo que no cabe duda es de su altísimo coste, la operación de salvamento más cara de que se tiene conocimiento: unos 600 millones de dólares (450 millones de euros), el doble de los previsto inicialmente. Esta cifra representa más de la mitad de los cerca de 850 millones a los que -según varios expertos- deberán hacer frente los seguros.
Sin embargo, las compañías pretenden recuperar parte de los objetos de valor -las joyas de los pasajeros, por ejemplo- para paliar una sangría económica sin precedentes en la historia de los accidentes marítimos sin contaminación masiva añadida.
Por lo pronto, y tras la rotación del buque en las últimas horas, Italia ha recuperado una tímida sonrisa y, tal vez, el honor perdido el 13 de enero de 2012.