No es un caso extremo, pero si que ocurre con una cierta frecuencia el hecho de que los buques portacontenedores pierdan algunos de ellos, o mas que algunos, en la mar. El caso mas reciente que hemos tratado en NAUCHERGlobal ha sido el del APL ENGLAND, que perdió mas de 50 contenedores en aguas australianas el 2 de junio pasado y su capitán y armadores tuvieron que afrontar responsabilidades frente a las autoridades del país.
Posteriormente, el 26 de junio el buque NAVIOS UNITE de 8200 TEU perdió varios contenedores también frente a las costas del oeste de Australia. Finalmente, entre el 13 y 14 de julio, el MSC PALAK de 9.411 TEU perdió mas de 20 contenedores en aguas de Poet Elizabeth, (Sudáfrica), mientras estaba fondeado en Algoa Bay.
Todas estás pérdidas de contenedores no son consideradas como accidentes graves por las entidades públicas marítimas, (IMO, Unctad…), ni por los P&I Clubs. En tanto en cuanto los siniestros no traspasen la cifra de 50 contenedores, la World Shipping Council (WSC) no los considera ‘incidentes catastróficos’.
El promedio anual no es exagerado y, aunque son diferentes los estudios publicados, se puede estimar en un promedio de 1.380 contenedores/año el número de pérdidas de estos equipos en la mar en los últimos años, si bien esta cifra puede verse incrementada como es el caso, si la serie se cuenta desde 2010, ya que en 2014 se perdió el buque MOL CONFORT con 4.293 contenedores, que disparó la media.
Contenedores flotantes a la deriva
Parece razonable suponer que las pérdidas reales, sin contar los ‘incidentes catastróficos’, son de alrededor de 600 contenedores/año. Se consideran ‘incidentes catastróficos’ por parte de la IMO, las pérdidas de mas de 50 contenedores de una vez.
Lo llamativo del asunto es que muchos de estos contenedores tienen una reserva de flotabilidad que les impide hundirse y flotan a la deriva con parte de su estructura bajo el agua y suponen un riesgo muy elevado para los buques de pequeño tonelaje como los pesqueros. Recordemos aquí que durante el accidente del PRESTIGE, se especuló con que la vía de agua pudo ser muy bien producida por el golpe de un contenedor a la deriva contra el costado del buque.
De manera, que si el lector dispone de una pequeña embarcación con la que solazarse durante este verano, si es que el Covid -19 se lo permite, navegue con mucha atención a su proa, que le puede venir un contenedor encima.