El problema de la tipología Eslora inferior a 7, 50 y 8 metros y el PNB
“Se amplía la eslora de las embarcaciones a motor y vela, hasta 8 metros, que podrán ser gobernadas con el PNB (Patrón de Navegación Básica) y se delega exclusivamente en las escuelas náuticas la expedición de dicha titulación, sin necesidad por tanto de superar los exámenes convocados por la administración” Fuente ANEN 25-09-2013
En nuestro país, ya es un hecho que la incidencia del límite señalado para la aplicación del Impuesto de Matriculación, los 7,50 de eslora, ha generado una flota muy numerosa de unidades de eslora inferior a este límite que caracteriza una tipología de barco de porte pequeño y de características relativamente limitadas en términos de seguridad, autonomía, habitabilidad y valor económico. Esta circunstancia es conocida en el mercado europeo como algo propio de la idiosincrasia de nuestro país donde se han prodigado pequeños astilleros especializados en este género de embarcaciones, especialmente en las de tipología pesca-paseo, con motorización intraborda o fueraborda.
La aprobación de una medida que facultara la fácil e inmediata obtención de un título para embarcaciones de hasta 8 metros, supondría un refuerzo coyuntural para la limitación de nuestro mercado nacional y actividad propia de fabricación de este tipo de unidades “pequeñas” que, lógicamente sería un nuevo agente limitador para la elección del barco nuevo en detrimento de las embarcaciones de mayor eslora y por tanto de mayor importancia económica.
Desde mi punto de vista, la medida tendrá un efecto involucionista en relación a la actividad industrial del sector que en vez de buscar líneas para la exportación y competir en el mercado internacional, tal y como hacen actualmente la mayor parte de los sectores industriales, se centrará en la actividad de un submercado de embarcaciones de eslora inferior a los 7,50.
En relación a la previsible incidencia de esta medida sobre la formación y los conocimientos de los nuevos patrones, es más que previsible que la competencia entre escuelas náuticas tienda a marcar una tendencia hacia la disminución de precios y el aumento de las facilidades para la tramitación y obtención de los nuevos títulos PNB, es decir, redundará en una peor calidad de las exigencias de formación y conocimientos tanto en el aspecto teórico como en el práctico. La realidad será la consecuencia lógica a la respuesta que corresponde a la pregunta del consumidor ¿dónde es más barato y resulta más sencillo obtener el título PNB?
Sobre la incidencia de la Actividad de las Escuelas Náuticas realmente activas
De las declaraciones realizadas en distintos momentos y en diferentes contextos por ANEN parece desprenderse que en su opinión las exigencias de la norma actualmente vigente, a las que lógicamente se ciñe la actividad de las escuelas náuticas, dificultan la actividad en general de la náutica de recreo en nuestro país.
Sin embargo, el trabajo de las escuelas náuticas realmente activas ha sido una herramienta más que ha favorecido la divulgación y el conocimiento de la navegación de recreo en nuestra ciudadanía. Esta afirmación se sustenta en las importes cifras de personas, decenas de miles, que han obtenido sus títulos en estos últimos años.
Es necesario confrontar las cifras que acabamos de mencionar con las de las embarcaciones registradas en estos años para comprobar de manera inmediata el potencial de desarrollo que constituye la enorme población constituida por estas personas con título PER, por ejemplo, formada por individuos potencialmente vertidos hacia la posible adquisición o tal vez al alquiler o cuando menos al uso de embarcaciones de recreo: esto es hecho indiscutible.
Se podría decir que los títulos y por consiguiente, la actividad de las escuelas náuticas, han llegado a constituir un factor más de dinamización para navegar y acercarse al universo del mar, la navegación y los barcos. Del mismo modo se podría hablar de cualquier actividad vinculada con la mejora y el desarrollo de la cultura de mar, ya sea la realización de eventos deportivos vinculados a la vela, competiciones, exposiciones, etcétera.
¿Alguien podría decir que la celebración de la BWR, con salida en Barcelona; o la Copa América, de Valencia; o la VOR, de Alicante; o la Velux, de Bilbao; o el mismísimo Salón Náutico de Barcelona, no han favorecido a la náutica de nuestro país?
La quiebra de la trayectoria de la norma y el agravio comparativo
Desde el año 1991, se han producido una serie de cambios legislativos en materia de legislación relativa a titulaciones para manejo de embarcaciones de recreo. Los más importantes, tal vez fueron los correspondientes al año 1997, con la incorporación de la exigencia de la realización de prácticas de navegación y el 2007 con la implementación de la obligación de realizar prácticas de radiocomunicaciones.
Estos cambios importantes y recientes han estado motivados y argumentados siempre desde la observación de la mejora de la seguridad y en el cumplimiento de disposiciones de rango internacional ratificadas por nuestro país. En los casos mencionados anteriormente, el Gobierno de España ha desarrollado una línea de mayor exigencia y mayor rigor en la formación de nuestros futuros navegantes de recreo.
A este tenor, y en estos intervalos de tiempo, las decenas de miles de ciudadanos que han obtenido títulos expedidos por las diferentes administraciones regionales han actuado de manera totalmente alineada con estas disposiciones.
La expedición de los títulos PNB sin el rigor propio de las Administraciones públicas supone una innegable quiebra en la trayectoria legislativa de nuestro Gobierno a este respecto y puede constituir un posible agravio comparativo para todos aquellos ciudadanos que acataron el rigor de la norma mencionada en la obtención del mencionado título.