La ministra, que asistió en Tenerife a la inauguración de la terminal de contenedores que han puesto en marcha OHL y Marítima Davila destacó que una de las medidas partirá por la revisión a la baja de las tasas portuarias -un asunto avanzado por el presidente de Puertos del Estado, José Llorca hace semanas- de manera que se puedan ajustar los precios a las demandas de los agentes económicos que operan en las instalaciones. No obstante -explicó la ministra- esta medida no debe poner en peligro la autosuficiencia de las Autoridades Portuarias.
Actuando como abogado del diablo, cualquiera podría preguntarse a qué Autoridades Portuarias se refiere. Si nos atenemos a los datos (del año 2012) del endeudamiento de los puertos, se puede observar cómo Valencia, Gijón y Barcelona son las instalaciones más endeudadas. El primero, por las faraónicas obras realizadas con motivo, por ejemplo, de la Copa América de hace unos años (la deuda es de cerca de 600 millones de euros, el 74% de su patrimonio neto); el segundo, porque su ampliación ha hecho que permanezca bajo asistencia financiera (485 millones de euros, el 83% de su patrimonio) y; el tercero, por la adecuación de sus infraestructuras al siglo XXI, aunque en el caso de Barcelona cuenta con mayor patrimonio neto para sustentar esta deuda (473 millones de deuda -la mayoría a largo plazo y con el Banco Europeo de Inversiones, que representan el 34% de su patrimonio neto).
El caso curioso -por no decir abiertamente desastroso- es el del propio organismo público Puertos del Estado: cuenta con una deuda total de 251,4 millones de euros (198,7 millones a largo plazo y 52,6 millones a corto plazo), pero lo más flagrante es que este endeudamiento representa el 102,4% de su patrimonio neto y el 1.455,4% sobre su inmovilizado intangible, material e inversiones inmobiliarias… y todo, pese a recibir el dinero de las tasas que lo mantienen.
La cuestión que se asocia a este asunto es: ¿Realmente estamos en un buen momento para reducir las tasas portuarias o sería más conveniente rebajarlas o incrementarlas de manera asimétrica? Yo apostaría por la segunda opción, porque no es de recibo que el puerto que más dinero ingresa al conjunto sea el que tenga las mayores tasas y, en cambio, los enclaves más deficitarios tengan tasas extremadamente bajas.
La ministra en su intervención también anunció la supresión de barreras en la prestación de los servicios portuarios que -dijo- merman la capacidad competitiva de las empresas del sector. Como la señora Pastor no es muy entendida en puertos, cabe preguntarse a qué servicios se refería. ¿Hablaba del practicaje, del remolque, del amarre, de los impuestos al combustible, de la estiba…? Sólo frases lanzadas al vuelo cual pájaros de la noche, palabras sin ton ni son.
Política a la española, al fin Fomento, por lo que se ve, también revisará determinadas condiciones que rigen las concesiones demaniales (contratos por los que la Administración otorga a una persona física o jurídica el derecho a realizar un uso privativo, exclusivo y excluyente del dominio terrestre marítimo), «a fin de reducir sus dificultades financieras y favorecer su competitividad, por ejemplo, cuando los ingresos no han sido los esperados». Es decir, que en La Coruña o Gijón, como ejemplos de puertos mal gestionados, la iniciativa privada podría tener mayor poder concesional para paliar las obras de ampliación vacías.
Esto mismo ya lo llevarán a cabo en Barcelona, con el pago -a partes iguales entre Fomento y la Autoridad Portuaria- de las nuevas infraestructuras ferroviarias de entada a la zona de ampliación. Un ejemplo más de gestión deficiente. Los puertos que hayan hecho los deberes deberán construirse sus propias infraestructuras si es que quieren disponer de ella algún día.
Ana Pastor sabe, como buena profesional de la medicina que es, que el mejor remedio al dolor es la morfina en los casos más graves. Y, como la gravedad del sector marítimo-portuario es importante volvió a salir por la tangente explicando que en 2012 se mejoró la situación económica de las Autoridades Portuarias, incrementándose el Ebitda hasta los 636 millones de euros y llegando a un resultado positivo de 229 millones. ¿Resultado positivo con un endeudamiento global de 2.642 millones de euros? Hay médicos que saben -y mucho- de economía pero, lamentablemente, no es el caso de la ministra encargada de gestionar las infraestructuras públicas de España.
Veremos de dónde saca el capital Fomento para hacer todo lo que quiere hacer… No se sabe si el ministro De Guindos o su colega en Hacienda Montoro saben que la señora de Fomento quiere reducir tasas. Cantos de sirena para atraer incautos. Aquí nunca pasa nada.