MacKay realizó el anuncio en el marco de la conferencia de Mari-Tech 2013, un evento anual que proporciona a los ingenieros navales (y a otras partes interesadas en la industria marítima) oportunidades de ampliar sus conocimientos, para debatir sobre el desarrollo industrial con los principales actores de la industria naval.
A raíz de este convenio, los astilleros canadienses podrán presentar ofertas competitivas para la construcción de estos buques en un proyecto que busca promocionar y dar carga de trabajo a pequeñas y medianas empresas, así como los propios astilleros nacionales.
Según el ministro Ashfield «nuestro gobierno ha convertido en una prioridad equipar a los miembros de la Guardia Costera que necesitan el mejor material para realizar su importante labor». En este sentido, «la renovación de la flota permitirá a la Guardia Costera continuar su trabajo de servir a los canadienses en todo el país y a las generaciones futuras».
Además, para el ministro MacKay «estas inversiones ayudarán a revitalizar la industria de la construcción naval canadiense mediante la creación de puestos de trabajo y garantizará el crecimiento de las comunidades de todo el país».