Al objetivo principal de esta misión, de identificar, capturar los buques, así como otros elementos que se utilicen o sean sospechosos de ser utilizados por los contrabandistas o traficantes de migrantes, el consejo añade otras dos tareas de apoyo: la formación y creación de capacidades del servicio de Guardacostas de Libia y la marina de guerra, y el intercambio de información; sobre la base de una solicitud de las legítimas autoridades libias; y contribuir al intercambio de información, así como la aplicación del embargo de armas de la ONU en alta mar frente a la costa de Libia sobre la base de una nueva resolución del consejo de seguridad de la ONU.
En su decisión, el consejo subraya “la necesidad de un trabajo de preparación, también en la planificación, para continuar sin demora” y hace hincapié en la importancia de continuar la coordinación con los socios internacionales como la ONU y la OTAN.
Asimismo, señala la urgencia con respecto a la situación en Libia y el tráfico de personas en el Mediterráneo central y trabajará en una acción oportuna de la UE como respuesta. Se lamenta la pérdida de tantas vidas en la mar y elogia el papel de la operación y de los Estados miembros en la salvación de decenas de miles de vidas.