La visita oficial de Ana Pastor es la primera de un ministro del Gobierno de Rajoy después de la consulta celebrada el 9 de noviembre. De modo que había cierta espectación por escuchar el discurso de la ministra.
Apenas hubo noticia. La ministra de Fomento se atuvo al guión que exigía la ocasión y pronunció un discurso plagado de agradecimientos, guiños a la sintonía que mantiene con el conseller de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat de Catalunya, Santi Vila, reconocimiento del buen hacer del presidente y directivos de la Autoridad Portuaria de Barcelona y parabienes a los representantes de HPH por su compromiso “con Barcelona, con Cataluña y con España”. En medio, una loa al hacer del Ministerio con cifras de inversiones y de crecimiento.
Sólo al final de su discurso se permitió Ana Pastor una sutil referencia a la situación política que se vive en Cataluña. Vino a decir la ministra que el empuje y crecimiento del puerto de Barcelona es obra de la acción conjunta y coordinada de las diversas Administraciones competentes. Todos juntos avanzamos más y mejor, afirmó.
Bien pudiera ser que la ministra haya abierto la campaña, inspirada en el modelo Gordon Brown, que al parecer tiene previsto lanzar el Gobierno de Madrid como respuesta política al desafío separatista: Best Together, mejor juntos.
Ana Pastor prometió volver durante la primera semana de diciembre para poner la primera piedra de la conectividad viaria del puerto, una necesidad imperiosa que, como ha escrito Daniel Molero en NAUCHERglobal (ver artículo), se ha demorado en exceso.
Si Best Together significa que no se repetirán esos retrasos y que las inversiones en infraestructuras no engrosarán la escandalosa lista de obras innecesarias e incomprensibles, Aves, aeropuertos y autopistas de uso paupérrimo; y quiere decir que los fondos se dedicarán a financiar las necesidades reales exigidas por el desarrollo económico, es posible que el lema tenga una buena acogida. En caso contrario sólo servirá para alimentar el independentismo.