Un puerto asiático instalará en Barcelona una base en la Zona de Actividades Logísticas (ZAL) del puerto. La operación, que ha sido anunciada hoy por la presidenta del puerto de Barcelona, Mercè Conesa, en una conferencia telemática organizada por la agencia de comunicación Intermedia, se cerrará durante este año para que el puerto pueda iniciar su actividad durante el 2021. Conesa no ha querido ofrecer demasiados detalles sobre la iniciativa, pero ha precisado que “para el puerto asiático, Barcelona servirá de puerta de entrada a Europa”. Asimismo, la presidenta ha añadido que el acuerdo se ultimará con “un puerto de una economía que va muy bien y que estamos muy contentos porque está maduro y se podrá replicar en otros ámbitos”.
En el transcurso de su intervención, titulada ‘El puerto de Barcelona, palanca económica de la recuperación’, ha repasado las acciones que ha realizado la infraestructura para combatir los efectos de la crisis del Covid-19 en el marco del contexto marítimo y portuario. “La primera lección que debemos extraer de la pandemia es que no nos podemos permitir parar el 100% de la producción, sino que tenemos que trabajar de forma degradada”, ha indicado Conesa.
Dentro de las medidas del plan de choque del puerto, Conesa ha recordado que se han avanzado 19 millones de euros para dotar de liquidez a los proveedores. Por su parte, la presidenta ha garantizado que la infraestructura mantendrá las inversiones previstas en su plan estratégico 2021-2025, que se basará en reforzar el ‘hinterland’ y las exportaciones, fortalecer los lazos con Asia y facilitar el suelo logístico.
Recuperación de los tráficos en 2023
En relación con el marco estratégico de los puertos españoles, que se debatirá en una reunión de todas las autoridades portuarias y Puertos del Estado, en una reunión a finales de mes en Santander, Conesa lo ha calificado de “encorsetador”, ya que “ha costado mucho aprobar las medidas como la rebaja de tasas portuarias por el coronavirus, pese a la complicidad de Puertos del Estado”. En este sentido, la presidenta ha reivindicado un modelo de gestión que permita la flexibilidad y la autonomía. “De momento no veo una predisposición para cambiar la ley de puertos y adaptarla a la situación actual”, ha asegurado.
Respecto al eje de potenciar el ‘hinterland’, Mercè Conesa ha revelado que hace pocos días se reunió con el alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, para negociar la ampliación de la Terminal Marítima de Zaragoza (TMZ), considerado el puerto seco de Barcelona. La presidenta ha remarcado que la sintonía es máxima con el resto de actores de la TMZ.
La previsión del puerto de Barcelona es que los tráficos, que hasta el mes de mayo han caído un 17% en comparación con el mismo periodo de 2019, se recuperen dentro de tres años. “Creo que en 2023 es posible que volvamos a los niveles de tráfico de 2019 siempre que se produzca una situación como la de ahora, en la que aparecen rebrotes del coronavirus. En caso de que se descubra una vacuna, los plazos se podrían acelerar”.
Defensa del Hermitage
Después de que hace unas semanas el puerto de Barcelona anunciara alegaciones a la negativa del Ayuntamiento de al desarrollo del Museo Hermitage, Conesa ha insistido en que “defenderemos el mejor posicionamiento, que es la presencia del Hermitage, pese a que es un proceso que no está cerrado. La presidenta se ha reivindicado ante el gobierno municipal, precisando que es el puerto quien tiene las competencias para dar una autorización administrativa en un terreno con usos portuarios. Después de pedir sintonía al consistorio barcelonés, Conesa ha reclamado que “se concilien los intereses públicos y privados, teniendo en cuenta la riqueza que puede generar la instalación, siendo el propio ayuntamiento el que aprobó una ubicación a la que ahora se niega”.
Como mensaje de futuro, Mercè Conesa ha remarcado la necesidad que tiene el puerto de incrementar el suelo logístico. En este sentido, ha planteado la importancia de que se mantenga un uso logístico en los terrenos de Nissan, en caso que la multinacional japonesa abandone finalmente la capital catalana. Esa parcela, situada al lado del puerto de Barcelona, podría ser una solución para el agotamiento del suelo logístico que padece la infraestructura.