Utor señaló que la bajada de los precios del combustible ha incidido positivamente en estos resultados y que la deuda de la naviera queda en 120 millones de euros, lo que le va a permitir nuevas inversiones a corto y medio plazo.
Dentro de los planes de expansión de Baleària, uno de los principales retos para 2016 es operar en las conexiones marítimas entre los Estados Unidos y Cuba, para las que ya dispone, desde el pasado mes de julio, de los dos permisos necesarios del gobierno americano, aunque está pendiente de la autorización de las autoridades de Cuba.
Baleària pretende exportar a Cuba su modelo de negocio ya consolidado en España, que se basa en el tráfico combinado de pasaje, vehículos y carga rodada. Para ello, estudia invertir cerca de 35 millones de euros en la construcción de una terminal para ferries que sirvan líneas con otros países del Caribe.
También se propone poner en marcha una red de embarcaciones solares que comuniquen distintos puntos de la bahía de La Habana. Estas embarcaciones, similares a la que ya opera en el puerto de Denia, tendrían unos 18 m de eslora y capacidad para 100 pasajeros, y serán totalmente ecológicas ya que no emiten CO2. Se prevé que podrían usar este sistema unos 2.200.000 pasajeros cada año.
Por otra parte, Baleària quiere seguir reforzando sus líneas en España, tanto nacionales, como internacionales y estudia ampliarlas con un servicio entre el puerto de Valencia y la ciudad argelina de Mostaganem.
