La ciudad marinera de Dénia, en Alicante, fue ayer escenario de la puesta de largo oficial del flamante ELEANOR ROOSVELT, el nuevo buque insignia de la –hoy ya- naviera insignia en España en el transporte de pasajeros. Se trata de un catamarán magnífico, fruto de muchas horas de trabajo de cientos de personas y, sobre todo, de la implicación personal del presidente de la compañía, Adolfo Utor que ayer en su ciudad se mostraba pletórico.

Pero se trata, ante todo, del reflejo de un trabajo bien hecho que ha llevado al grupo empresarial, en poco más de dos décadas, a liderar el mercado español en su segmento (es la primera empresa de la provincia de Alicante, por ejemplo), pese a luchar con una gran competencia, a la que ha pasado por encima, para consolidarse en el transporte marítimo. Sin duda, es un ejemplo para muchos. Baste pensar en lo que ha ocurrido en los últimos años en el segmento de los medios de comunicación del propio sector marítimo…
Utor no le tiene miedo a la competencia. Le gusta y, por lo que se deriva de sus palabras, la ve necesaria: “Nacimos en competencia y creemos en el libre comercio y en la libre competencia”, explicaba ayer en un breve repaso de la trayectoria de la compañía. Sin embargo es plenamente consciente de las dificultades que entraña que ésta pueda ser desleal. No sería justo ni justificable y bien haría la Administración pertinente en cuidar de los suyos mejor. Y es que, está muy bien aparecer en la foto cuando, como ayer, las noticias son positivas. Pero las empresas y los ciudadanos necesitan a la clase dirigente en los buenos momentos, pero sobre todo, en los de dificultad. Algunos deberían tomar nota.

Hoy, en el tráfico de pasajeros a Baleares se han sumado nuevos actores: Grimaldi, Grandi Navi Veloci o FRS, a sumar a los que ya estaban allí establecidos, Baleària entre ellos: “Pero la competencia debe ser en igualdad de condiciones”, dijo. Y de forma muy elegante pero con porte serio y rotundidad señaló que “competiremos contra navieras italianas, alemanas o francesas… que sí cuentan con el soporte de las administraciones de sus países de origen”. Sin nombrarlos pero, como dice el refrán, A buen entendedor...
Baleària, como el resto de navieras, no ha tenido en 2020 y 2021 su mejor año. La pandemia y las imposiciones –necesarias o exageradas- de seguridad en estado de alarma han rebajado su facturación un 20%, cerca de 100 millones de euros. No obstante, “ha continuado operando más allá de la exigencia de las administraciones, ya que nuestra responsabilidad es con la sociedad”, señaló el presidente.

La compañía ha sido esencial en el abastecimiento de los territorios no peninsulares, así como en operaciones de repatriación de personas. “Ahora llega el momento de relanzar nuestro negocio después de la pandemia y las sinergias entre los público y lo privado deben ser una obligación”. Antes, “como empresa logística y de movilidad marítima no hemos dejado, ni un solo día, de estar a pie de puerto para facilitar el traslado de las personas y el suministro de bienes y mercancías”.
Quizá, las ayudas o la intervención de la Administración a la que hacía mención el armador pudieran venir de los Fondos de Recuperación. La sostenibilidad medioambiental y financiera son –o deberían ser- los reclamos para la obtención de ayudas y, en ambos, Baleària es ejemplo.
Hay que destacar lo que no muchos saben. El negocio de pasajeros es muy importante para Baleària: el turismo vende más y es más agradecido para los medios de comunicación (sobre todo los generalistas) hablar de él, más en un país eminentemente turístico como es España. Sin embargo, en el balance de resultados de la compañía naviera cobran tanta importancia los pasajeros como las mercancías. Más o menos están al 50%. Y es gracias a la carga y a los suministros insulares que la naviera ha resistido los estragos del Covid-19. Otros se han hundido y esto habla de la eficiencia y la sostenibilidad, también en la gestión del modelo de negocio.
El ELEANOR ROOSVELT, un prodigio de la ingeniería
Vayamos a este gran catamarán: el ELEANOR ROOSVELT. Adolfo Utor lo presentó como un “buque que es un prodigio de la ingeniería”. Está orgulloso del trabajo hecho. Lo presentó en Mallorca, en Ibiza y en Dénia con dos días de diferencia. Era necesario. Y brillaba el presidente cuando hablaba de su nueva joya agradeciendo el “esfuerzo colaborativo y transversal del proyecto de construcción de mayor y más sostenible fast ferry del mundo, que es resultado del compromiso ecológico de Baleària”.
Además, un buque “que está pensado para la satisfacción de los clientes y la sostenibilidad del planeta” está hecho aquí: en Gijón. Concretamente en la factoría de Armón que acogió el proyecto innovador y que ha coordinado a colaboradores líderes en sus campos, tanto internacionales, como Wärstilä, Incat Crowther, Bureau Veritas o Marintek-Sintef; como nacionales, como Cotenaval, Oliver Design o Jorge Belloch, entre otros.

El consejero delegado de Astilleros Armon, Laudelino Alperi, agradecía en su discurso la confianza depositada en su firma por parte de Baleària: “Ha supuesto un duro trabajo de aprendizaje y ha permitido a Armón entrar en la liga de los buques de alta velocidad en los tres años que ha durado el proyecto en los que, de media, han trabajado unas 300 personas diarias”.
Tras su botadura ahora “Armón quiere consolidar su posición con buques de alta velocidad”. Y recordó también que “la inversión en tecnología es la mejor forma de evolucionar en el tiempo”.
Además, el ferry ha contado con la financiación de CaixaBank. En total unos 90 millones de euros para un catamarán con capacidad para 1.200 pasajeros y 450 turismos, que dispone de cafeterías y zona infantil, una plataforma gratuita de entretenimiento digital, videovigilancia de las mascotas, conexión a internet, entre otras. Y, sobre todo, es sostenible. Los motores de Wärstilä son duales, alimentados con gas natural licuado (GNL). Son los primeros del mundo en su categoría y que la firma finlandesa ha desarrollado con Baleària como banco de pruebas.
Según Utor, “el ELEANOR ROOSVELT es la mejor síntesis de universalidad, modernidad y compromiso con el territorio, la mejor evidencia de que somos una empresa con corazón verde y espíritu sostenible”.
Intervenciones de los cargos políticos presentes

Tanto en los dos puertos baleares como en el alicantino la clase política –con alguna ausencia- no pudo reprimir su deseo de ser vista: alcaldes, consejeros, altos ejecutivos de diferentes Administraciones, delegados de Gobierno… En Dénia, ante unas 200 personas, intervino el primer edil, Vicent Grimalt, que se mostró orgulloso de que un buque de estas características tenga en su ciudad el puerto principal y que convierte al antiguo –y precioso- pueblo marinero en un puerto de referencia para la Comunidad Valenciana.
Tomó posteriormente la palabra un castellonense, Francisco Toledo, presidente del Organismo Público Puertos del Estado (OPPE) y máximo representante del Mitma en el acto para agradecer la labor desarrollada por Baleària y su discurso empresarial. Elogió Toledo la perseverancia en la apuesta por el uso de GNL como combustible: “que Baleària, hoy en día, disponga de siete buques propulsados por gas licuado dice mucho de su carácter innovador, pero más relevante aún es su firme compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que desde Puertos del Estado impulsamos y compartimos con toda la comunidad portuaria. Asumir estos retos es apostar por el futuro de nuestra sociedad, y un aliciente para que nuestras empresas sean más competitivas”.

Según el presidente del OPPE, en respuesta –quizá- al discurso de Utor “la competencia no puede asustar a Baleària, que se ha convertido en un líder en los servicios que están prestando”. En este sentido le dijo directamente a Utor que “la naviera se ha sabido adaptar al futuro, pero hay algo mejor que adaptarse y es lo que habéis hecho: avanzaros a los cambios”. Toledo agradeció “la visión de futuro y el espíritu innovador”.
Además, aprovechó su intervención para sacar pecho de la labor ministerial en los Presupuestos Generales del Estado de este año 2021, en los que “se ha reconocido, por primera vez los servicios extrapeninsulares como estratégicos, y por ello se ha establecido la posibilidad de bonificar estos tráficos en las tasas”.
Culminó y clausuró el acto Ximo Puig, presidente del Gobierno valenciano: “Es muy importante para la Comunidad Valenciana una empresa como Baleària y su apuesta firme por nuestra tierra, ya que ya que es fundamental para la economía valenciana y quiero agradecer el esfuerzo que hace por conectarnos con Baleares”.

Según el presidente valenciano, “Los barcos nuevos tienen que ser absolutamente vinculados a la transición energética y a la descarbonización y, por eso, me parece una muy buena noticia que el ELEANOR ROOSEVELT cumpla con esas condiciones. Además, quiero felicitar a la compañía por la elección del nombre, una gran persona y absoluta feminista en un momento en el que era muy difícil defender los derechos de las mujeres».
Puig también habló de la labor fundamental para el turismo de la naviera y dijo que “es momento de fortalecer el sector industrial mediante la colaboración público-privada”. En el mundo actual “necesitamos tener un sector primario potente” y, “al igual que existe una política agraria común debe estudiarse una política industrial común”, añadió. Reivindicó, asimismo el papel de las comunidades autónomas periféricas en la economía estatal. Y es que la periferia es la clave del sector marítimo en España. “Tan o más importante que el centro es la periferia. Algunos deberían tener una visión más integradora y no tan centralista. La vía valenciana pasa la concordia y por sumar sinergias”, señaló.
Puig dijo algunas cosas más, pero de escasa importancia para el acto y de un matiz más político que, quizá, no tocaba en un evento como el de ayer. No obstante se le tiene que agradecer su presencia. Su colega balear Francina Armengol no había estado ni en Palma ni en Ibiza el día anterior y, en otras Comunidades dudo que hubiera estado representado el Gobierno autonómico al máximo nivel como sí pasó ayer en Dénia. En estos eventos los sectores público y privado deben estar en comunión.
Destacar, también, algunas ausencias: quizá hubiera sido positivo contar con la presencia de algún alto cargo de Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana: si no el ministro, quizá el Secretario de Estado. También la máxima representación de la DGMM y de la Asociación de Navieros Españoles (Anave)… como mínimo para salir en las fotos. Además de medios de comunicación que, después, se jactan de ser ‘marítimos’. No en vano, se trataba de la inauguración del nuevo buque insignia de la primera naviera española.
Y es que, como decíamos en el titular, Baleària, con el fruto de su trabajo y el flamante ELEANOR ROOSEVELT, se aproxima a la excelencia.