Con una travesía inédita entre el puerto de Barcelona y el menorquín de Ciutadella de apenas cuatro horas con el fast-ferry ELEANOR ROOSEVELT, la naviera Baleària abrió ayer la puerta a una nueva era en la descarbonizacion marítima con un viaje con cero emisiones con el biometano como combustible protagonista. Con la travesía, una prueba piloto con un barco que normalmente realiza trayectos entre la localidad alicantina de Denia y las baleares de Palma y Ibiza, se ha evitado la emisión de más de 50 toneladas de CO2 a la atmósfera.
El trayecto, una distancia de 133 millas náuticas, se ha efectuado con combustible totalmente renovable, siendo el primero de Europa en llevarse a cabo, en un ferry con motores duales, que normalmente navega con Gas Natural Licuado (GNL). Este episodio inédito, que se enmarcó en un viaje inaugural que sirvió para presentar un informe de la Fundación Empresa y Clima sobre las emisiones de CO2 a nivel mundial, es para Baleària un punto y a parte, un momento de inflexión en su apuesta por el transporte sostenible. Eso sí, la naviera reivindicó que esta forma de movilidad reciba el apoyo económico y político de la administración, que incentive fiscalmente estas estrategias sostenibles y, casi más importante, que penalice a quién mantiene el uso de combustibles fósiles, como el gasóleo, y se resiste al cambio.

En la travesía de presentación, el presidente de Baleària, Adolfo Utor, mostró su convicción y conveniencia de la importancia de la descarbonización en el transporte marítimo. Tras esta reivindicación, instó a la Administración- durante el acto estuvo presente Valvanera Ularqui, directora de la Oficina Española del Cambio Climático, a “invertir en los barcos, ya que las navieras nos vemos obligadas en la mayoría de ocasiones a luchar contra una burocracia que se resiste al cambio”.
El hidrógeno, combustible del futuro
La travesía descarbonizada, auditada por la empresa Axpo, que entregó un certificado a Adolfo Utor, es para el presidente de Baleària, un primer paso de un camino más largo de transición y sustitución climática. En este sentido, recordó que hace 12 años que Baleària utiliza el GNL y que el biometano es un combustible de transición, pero “el futuro pasa por el hidrógeno, del que ya contamos con barcos que admiten un 10% de este gas”, añadió Utor.

Utor realizó dos llamamientos a la Administración. En primer lugar, reclamó que incentive las buenas prácticas ambientales, pero sobre todo que “no desvirtúe la libre competencia de forma que consumir gas no esté penalizado”. Por eso, abogó por una fiscalidad verde, que beneficie a las empresas que hagan esta elección. Por otro lado, en su reivindicación del componente sostenible del transporte marítimo, Utor aludió que en su terminal del puerto de Barcelona no se puede cargar GNL, pero sí gasóleo. En un claro gesto de provocación para lograr una reacción de la Administración, el presidente Baleària aseguró que “lo verdaderamente sostenible es el barco, no el ferrocarril, y el transporte aéreo es antinatural y de países subdesarrollados”.

En su turno de apelaciones directas a la clase política, Adolfo Utor se preguntó ¿”Por qué nosotros nos podemos permitir que los coches eléctricos que vayan en nuestros barcos no paguen nada y la Administración no hace lo mismo con las tasas portuarias de las navieras que navegamos a GNL?” De momento, la intención de la compañía es que la apuesta por los combustibles y las energías alternativas no influyan en el precio que el cliente abona por el pasaje.
El patito feo del transporte
Adolfo Utor defendió la sostenibilidad como un factor de rentabilidad económica, pero también como un valor añadido respecto al cliente o incluso a la sociedad. En este caso, precisamente por esta aportación y contribución, volvió a insistir en que “se nos tiene que dejar de tratar como el patito feo del sector del transporte”. El presidente apuntó a las inversiones millonarias que los sucesivos gobiernos de las últimas décadas han realizado en carreteras, líneas de tren de alta velocidad o aeropuertos. Para ilustrar la tesis, otro dardo a la administración marítima. “Solo hay que ver el lugar desde donde salen nuestros barcos en el puerto de Barcelona”.

Para resolver este agravio, Utor instó a aplicar ese margen necesario de mejora a través del reparto de los fondos europeos Next Generation al impulso del transporte marítimo sostenible. “Es necesario modernizar la infraestructura, ya que en España somos pioneros en el suministro del GNL con siete plantas activas”. Como ejemplo, indicó que el biometano, el combustible usado en la travesía de ayer, todavía es caro y difícil de producir, pero acaba saliendo barato porque no contamina. Eso sí, para que se erija en una apuesta de futuro, planteó la necesidad de que se implante “una discriminación fiscal positiva para las empresas que consumen biometano en detrimento de las que siguen quemando fuel”.
En un contexto de dificultades como las sufridas en el año 2020 por la crisis de la pandemia de la Covid-19, Adolfo Utor auguró que Baleària cerrará este ejercicio con cifras positivas, incluso si no se reactivan los mercados de Marruecos o Algeria. En caso de que estos países permitan la entrada de turismo, vaticinó que “el año no será bueno, pero todavía más positivo”.

Un nuevo marco regulatorio
Buena parte de las peticiones de Adolfo Utor se dirigían a la directora general de la Oficina de Cambio Climático de España, Valvanera Ulargui, presente en la travesía inaugural Barcelona-Ciutadella. La responsable gubernamental recogió el guante del presidente de Baleària y se comprometió a “diseñar un marco regulatorio, que casi ya está preparado, que tenga en cuenta el cambio climático y los planes de descarbonizacion de las empresas”. Además, Ulargui apuntó que la Agenda de la Movilidad que presentará el Gobierno contempla apoyo a las compañías, como Baleària, que utilizan gases renovables”.

Ulargui coincidió con Utor en la urgencia de un marco regulatorio que premie o incentive las prácticas sostenibles, de forma que se pueda modificar el sistema de fiscalidad general por otro orientado a la economía verde. “Tenemos que ser capaces de estimular las buenas prácticas ambientales, evitar los impactos negativos y parar los proyectos de los activos varados, aquellas infraestructuras que ya sabemos que no serán ni sostenibles ni eficientes en el momento de su construcción”.
El camino hacia el biometano
Desde Axpo, la empresa que ha certificado el origen renovable del combustible consumido por Baleària, su director general, Ignacio Soneira, apuntó el valor que aportan proyectos como este para trabajar en iniciativas de economía circular. “Se trata de aprovechar las deyecciones de metano de animales como las vacas, o los residuos orgánicos de una ciudad, para recogerlos, limpiarlos y transformarlos en una energía limpia”.

Soneira admitió que el biometano todavía requiere de una tecnología que se pueda adaptar a los barcos, “pero mientras tanto contribuyes a descarbonizar y a eliminar residuos, que podrían ser un problema”. De momento, el responsable de Axpo reconoció que las empresas no internalizan este sobrecoste de contaminar en sus cuentas de resultados porque la legislación y la fiscalidad no ayudan a hacerlo. Igual que el caso de Utor, Ignacio Soneira cree que la solución implica aplicar una fiscalidad que penalice a quién contamine
Informe sobre las emisiones de CO2
Aprovechando la primera travesía marítima de pasajeros neutra en carbono de Europa, la Fundación Empresa y Clima y presentó la XII edición de su ‘Informe de Situación de las Emisiones de CO2 En el mundo – Año 2019’, la obra de consulta de referencia para el sector empresarial vinculado a la lucha contra el cambio climático.

Según los datos oficiales, públicos y privados de 2018, las emisiones energéticas de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en el mundo aumentaron en un 2,1% superando los 33.500 millones de toneladas. En el caso de Europa, el descenso de las emisiones totales europeas en 2018 fue de un 1,8% respecto al año anterior, situándose por debajo de los 5.200 millones de toneladas de CO2. España tuvo un descenso significativo de emisiones verificadas, lo que corresponde a 17,8 millones de toneladas, lo que significa un descenso del 14% de las emisiones de 2019 respecto a 2018.
La primera travesía marítima descarbonizada de Europa, promovida ayer por Baleària con el barco ELEANOR ROOSEVELT en un trayecto entre Barcelona y Ciutadella, sirvió para constar las diferentes velocidades a las que a veces navegan los distintos agentes económicos y la administración. Mientras las empresas y entidades impulsan iniciativas y proyectos para avanzar en procesos como la descarbonización o la reducción de las emisiones de CO2, la burocracia de los poderes públicos aún no ha adaptado la legislación y la fiscalidad a una realidad, incipiente y emergente, pero que sigue sin verse reconocida, mientras se continúa premiando a las compañías que siguen sin dar pasos para alcanzar esos objetivos.