Desde principios de junio se está llevando a cabo el traslado de las colonias de cladocora caespitosa afectadas por las obras de los pantalanes para embarcaciones deportivas en Cala Corb. La actuación, encargada a la empresa Tecnoambiente por un importe de 139.224,05 euros, permitirá que se reanuden las obras de la nueva pasarela que conectará Cala Corb con el muelle d’en Pons, en Menorca, previsiblemente en noviembre.
Con esta pasarela los dos muelles quedarán unidos a una cota de 1,2 metros sobre el nivel medio del mar. Además, la nueva pasarela permitirá albergar a unas 67 embarcaciones de pequeña eslora.
Los principales objetivos de esta infraestructura son optimizar las condiciones del servicio a las embarcaciones deportivas, reducir la lista de espera de amarres de gestión directa, así como mejorar el acceso y la circulación peatonal en el puerto de Mahón.
Las obras del proyecto de construcción de un pantalán para embarcaciones deportivas se inició en noviembre de 2018 y fue adjudicado a la UTE Copcisa / Construcciones Olives. En enero de 2020, a raíz de la necesidad de modificar el proyecto inicial a consecuencia de la estabilidad de los taludes de la zona, se solicitó al Instituto Español de Oceanografía (IEO) la redacción de un informe sobre el estado actual del fondo marino de un tramo de la zona de Cala Corb.
Las conclusiones del informe alertaban de la baja probabilidad de supervivencia de una especie de coral endémica de la zona, la cladocora caespitosa, y recomendaba un proyecto de restauración de estas colonias para mitigar el impacto causado por la obra.
Tras los preceptivos informes de la Dirección General de la Costa y el Mar y la Dirección General de Biodiversidad, Bosques y Desertificación, se dio luz verde al proyecto de translocación de esta especie, presente también en otras zonas del puerto, como la parte Sur de la isla del Rey, el muelle de pasajeros, la ensenada de Cala Figuera y Cala Fonduco.
La zona receptora se sitúa en la Illa Plana, en su extremo septentrional, a pie de un pequeño cantil de unos 1,5 metros de altura sobre el nivel del mar y localizada a una distancia de 600 metros de la zona donante.
Especie endémica
La presencia de la especie en aguas de Menorca es bien conocida. Al ser una especie endémica es primordial protegerla y conservarla. Existen evidencias de que esta presencia ha sido en tiempos remotos muy importante, como lo indican, por ejemplo, los yacimientos datados en el Holoceno que se encontraron bajo el sistema albufera-playa de es Grau. Son especialmente vulnerables, ya que han evolucionado bajo unas condiciones ambientales muy específicas y los cambios en su entorno pueden suponer su extinción. Además, cualquier cambio sobre sus poblaciones puede alterar la dinámica de otras especies con las que, directa o indirectamente, tienen relación.
