“Estamos sufriendo un ataque a la línea de flotación por parte de las navieras a uno de los clientes, los transitarios, que más les hemos ayudado. Estamos hartos”. Estas palabras del presidente de la Asociación de Transitarios Expedidores Internacionales y Asimilados de Barcelona (Ateia-Oltra), Emilio Sanz, sirven para ejemplificar la situación a la que ha llegado el colectivo tras el aumento imparable sufrido durante el último año. En una comparecencia ante los medios, Sanz ha reclamado a la Comisión Europea (CE) que “modifique o anules la regulación comunitaria que permite la posición de dominio en el mercado de las navieras”. El presidente de Ateia se refiere con esta petición al Consortia Block Exemption Regulation, un reglamento de exención para los consorcios que establece las condiciones en las que los consorcios de transporte marítimo de línea pueden prestar servicios conjuntos sin infringir las normas antimonopolio de la UE, que prohíben los acuerdos anticompetitivos entre empresas. El reglamento se aprobó por primera vez en 2009, en un contexto de protección de las navieras por los bajos precios de los fletes, y se ha prorrogado sucesivamente. La última de estas se produjo en 2020 y seguirá vigente hasta el 25 de abril de 2024.
Sanz ha acusado a las navieras de “mantener artificialmente la demanda”, generando este proceso de dominio sobre el mercado gracias a las alianzas entre las diferentes empresas. Pese a reconocer que los transitarios, especialmente los pequeños y medianos son un sector muy atomizado, el presidente de Feteia-Oltra ha revelado que la semana pasada, a través de la asociación de transitario europeos Ceclat, se envió una carta a la Comisaria Europea de Competencia, la danesa Margrethe Vestager, describiendo la situación límite y elevando una queja ante la inacción administrativa.
El presidente de Ateia-Oltra ha reivindicado la profesionalización de los transitarios, señalando que “son los únicos que garantizan la resolución de cualquier tipo de problema en el transporte de puerta a puerta”. Emilio Sanz ha querido responder así, en representación del colectivo, a los movimientos de las principales navieras, como Maersk o Hapag-Lloyd, que han anunciado recientemente sus planes para incorporar los servicios de las transitarias a su cartera, adquiriendo empresas, o comprando compañías del sector marítimo.
Punto de inflexión en 2022
En un escenario de escalada insostenible de los fletes, Emilio Sanz ha asegurado que “tenemos la confianza de que se empiecen a ver los primeros resultados de cambios administrativos a principios de 2022”. Aún así, ha vaticinado que las dificultades, tanto en el precio de los fletes, como las tensiones en la cadena de suministro se mantendrán como mínimo todo el año que viene.
Esta situación anómala con los fletes, que solo se produce en los tráficos que conectan Europa con Asia, ha impulsado a las navieras, a aumentar sus servicios en tierra, especialmente con el ferrocarril. En este caso, desde Ateia-Oltra se insiste en difundir, una vez más, la profesionalidad del transitario y su experiencia integral. “El transitario está allá cuándo se le necesita”, ha indicado Emilio Sanz.
Sufrimiento financiero
Pese a que el presidente de Ateia-Oltra ha explicado que, afortunadamente, son pocas las empresas transitarias de Barcelona que han quebrado fruto de este episodio, ha alertado de “una situación de sufrimiento financiero”, ya que las navieras no suelen financiar a demasiado largo plazo las operaciones de estos profesionales.
En relación al futuro, Emilio Sanz augura que paulatinamente se irá produciendo un fenómeno de relocalización de la producción, en el que las empresas busquen a sus proveedores en un entorno de proximidad, reduciendo así las cadenas logísticas largas. Mientras tanto, Sanz lanza al aire una pregunta: “¿Por qué la Comisión Europea tiene tantas reticencias a modificar la normativa y que pueda perjudicar a las navieras? ¿Será porqué muchas de ellas son europeas?”.