Los turistas fueran asaltados, mientras permanecían acampados en la isla, por tres hombres armados que les despojaron de dinero, cámaras, teléfonos móviles y otras pertenencias, así como de sus pasaportes.
Para evitar que los siguieran, los ladrones también se llevaron la embarcación CHICALERA, una de las tres en las que los turistas habían llegado a la isla, y las llaves de las otras dos que estaban ancladas.
La gravedad del asalto ha obligado a la Aramda mexicana a desplegar una fuerza de control en la región norte del Pacífico y del Mar de Cortés, así como en el litoral de Baja California (noroeste), donde se ubica la zona turística de Cabo San Lucas.