La asociación nacional de empresas estibadoras y centros portuarios de empleo (Anesco) señala el fuerte impacto que puede tener el brote de coronavirus en los puertos españoles, ya que puede derivar en importantes disminuciones de tráficos, pérdidas económicas y en la necesidad de adoptar medidas organizativas acordes en las terminales portuarias.
Los principales puertos chinos, entre los que se encuentran los de mayor actividad del mundo, llevan aproximadamente cuatro semanas trabajando a escasa actividad. Esta tendencia bajista comenzó con la celebración del año nuevo chino, como ocurre anualmente, pero en esta ocasión se está viendo agravado en el tiempo y en la intensidad por la crisis del coronavirus, sin que todavía se conozca cuáles serán los límites de este descenso.
Esta situación está afectando negativamente a todo el transporte marítimo internacional, mediante el que se desarrolla el 90% del comercio mundial. En los puertos españoles, se está comenzando a percibir el efecto, que se traslada con aproximadamente cuatro semanas de diferencias respecto a la actividad portuaria asiática. Por lo tanto, en las próximas fechas se intensificará la crisis, de forma que se reducirán operaciones portuarias relacionadas con países orientales. Los efectos del paro obligado por esta emergencia sanitaria en las fábricas y puertos de China tendrán consecuencias en los españoles durante las próximas semanas.
Mercancías con origen o destino a China
En el año 2018, según datos del Puertos del Estado, 8,7 millones de toneladas con origen o destino hacia China utilizaron los puertos españoles, siendo aquellos ubicados en la costa Mediterránea los empleados para estos intercambios comerciales. De esos tráficos marítimos, cerca del 40% de las mercancías procedentes de China lo son en tránsito, es decir que tienen como destino final terceros países, y que por tanto utilizan los puertos españoles como las mejores conexiones para llegar a su destino final.
En ese año, España movió por vía marítima 46,1 millones de toneladas con el conjunto de países asiáticos. Otros datos, éstos publicados por el ICEX, en 2019, son que el 9,1% de las importaciones y el 2,3 % de las exportaciones totales españolas se realizan con China.
Junto a estas cifras, hay que tener en cuenta que la crisis marítima provocada por el coronavirus, no se limita a estos flujos comerciales directos entre países, sino que genera la cancelación de escalas de buques completos en puertos españoles y también reduce el comercio exterior con otros países.
Por todo ello, la patronal de las empresas estibadoras que operan en los puertos españoles estima una pronunciada disminución de tráficos que implicará pérdidas económicas importantes en las terminales y en otros agentes de la cadena logística, que también conllevará una reorganización de las operativas y recursos empleados.
Algeciras, Barcelona y Valencia, los más afectados
Esta incidencia podrá cobrar mayor fuerza en los puertos españoles de mayor tamaño. Por ejemplo, según la Autoridad Portuaria Bahía de Algeciras, las exportaciones a China supusieron un 7,29% de sus exportaciones totales en 2019. Y las importaciones de China alcanzaron el 34,48% del total del puerto de Algeciras durante 2019.
Considerando los datos ofrecidos por la Autoridad Portuaria de Barcelona, el 11% de sus exportaciones de contenedores (medidos en TEU) y el 41,9% de sus importaciones de contenedores (en TEUS) fueron hacia o desde China, sin considerar los movimientos de esta procedencia de contenedores en tránsito hacia otros países operados en Barcelona.
Como último ejemplo, también destaca el puerto de Valencia, en que se importaron o exportaron en conjunto, durante 2018, la cifra de 316.126 TEUS con origen o destino chino, sin considerar el transbordo. Por esta razón, Anesco alerta del efecto que se puede producir en los puertos españoles y de las consecuencias que todavía no se pueden estimar en su totalidad al no haber remitido las causas o tendencias.
Las navieras se recuperan lentamente de la crisis
La naviera francesa CMA CGM ha implantado un esquema de trabajo en casa para su personal, que continúa operando de manera remota como mínimo hasta el próximo 2 de marzo. Mientras, la alemana Hapag Lloyd mantiene abiertas sus oficinas en China y cuenta con el apoyo de personal especializado. Por su parte, Maersk, la naviera más grande del mundo, asegura que la mayoría de las provincias chinas están recuperando la carga de trabajo, pero lamenta la falta de mano de obra por la política de cuarentena de las autoridades chinas.
Los fletes de graneleros, en horas bajas
Las dos rutas más importantes para este tipo de buques en la actualidad son el transporte de mineral de hierro desde Brasil y Australia a China. Ambas todavía deben hacer frente a múltiples factores de presión que, previsiblemente, pueden provocar una caída aún mayor de los fletes.
El primero de estos factores es la estacionalidad de la demanda: las celebraciones del año nuevo chino siempre suponen una desaceleración del transporte marítimo en general y de los graneles sólidos en particular en las rutas con destino hacia China, el mayor importador de materias primas del mundo.
En segundo lugar, hay que añadir la crisis que ha provocado en todo el mundo el coronavirus chino y que afecta especialmente al transporte marítimo. Con todo ello, no hay que descartar que el mercado siga cayendo y pueda incluso volver a los mínimos históricos.
Con este nivel bajo de fletes, los armadores tienen que hacer frente a la entrada en vigor del nuevo límite de azufre de la OMI, que afecta especialmente a los buques sin ‘scrubbers’, que están obligados a utilizar combustibles que cumplen el nuevo límite de azufre, del orden de un 60% más caros que el fueloil convencional que utilizan los graneleros equipados con sistemas de depuración de gases de exhaustación.
Una vez superados los factores estacionales, el interrogante es si el mercado de los graneleros volverá a coger ritmo o seguirá estancado. La demanda de China, cómo le afectará la actuación de su Gobierno frente al coronavirus y el exceso de oferta de tonelaje en el Pacífico marcarán su evolución.