Sin embargo, no fue así. Una comunicación telefónica a uno de los comisionados de la patronal paralizó de nuevo la negociación, ahora encallada en desacuerdos sobre la ultra-actividad. Aproximadamente a las 19:00 horas, tras más de ocho de reunión, representantes de ambas partes salían de la estancia donde estaban reunidos para volver a citarse dentro de unos días. Sin acuerdo.
Fuentes próximas a la negociación han explicado a NAUCHERglobal que los sindicatos se mostraron sorprendidos ante el giro de la patronal que, según señalaron, estaría esperando a ver qué pasa en otros sectores (la ultra-actividad ha finalizado hoy para todos aquellos convenios laborales con dos años o más de vigencia), para tomar una decisión. Es decir Anesco, pese a pertenecer al mundo marítimo, no quiere mojarse.
En cualquier caso, la firma hace unas semanas de un acuerdo entre la CEOE y Cepyme y los sindicatos UGT y CCOO a escala estatal permite prorrogar la vigencia del actual convenio, al menos, hasta el 11 de julio, fecha en la cual Anesco ha decidido dar una respuesta y convocar una nueva reunión con los representantes de ambas partes en la mesa. Dicho de otro modo: la ultra-actividad no finaliza hoy lunes para el sector de la estiba.
La excusa de Anesco para no haber firmado el acuerdo el viernes es porque debían dar parte de las peticiones de los sindicatos a su directiva. Al parecer, aunque sea difícil de creer, nadie entre los 15 representantes de la patronal tiene poder decisorio, de modo que cualquier medida ha de pasar por el comité de dirección de Anesco. De creer esa excusa, nos hallaríamos ante unos negociadores camuflados en meros buzones de correo, algo alejado de la realidad. Pero de alguna forma tenían que buscar una nueva prórroga, aunque sea por un día… o por diez.
Suena también que las centrales sindicales UGT y CCOO están sufriendo un ataque de ansiedad al ver que, acostumbrados como están a manejar el cotarro en la mayoría de los sectores, en la estiba no son más que una comparsa y que se deben a las decisiones que tome Coordinadora, que detenta más del 80% de representatividad en los comités de empresa y del 100% en algunos de los puertos más importantes del sistema público estatal. De modo que los cinco representantes de ambos sindicatos en la mesa se habrían inhibido sin decir siquiera esta boca es mía.
En cualquier caso, la batalla final se librará en la vigencia del convenio. Coordinadora ha logrado que la patronal acceda a que el convenio que se firme tenga una duración de cuatro años, hasta 2018 y, además, Anesco, ha dado dos años más de período de tiempo que permita negociar el siguiente convenio.
No obstante, estos dos años no son suficientes para el sindicato mayoritario, ya que pretenden que el nuevo acuerdo quede pospuesto hasta la rúbrica, en su momento, de uno que le sustituya. No sería nada novedoso en el sistema estatal. A modo de ejemplo, el IV Convenio General de la Marina Mercante lleva en vigor desde junio de 1982 y nadie ha dicho nada (pese a las mejoras que, a todas luces, necesita un texto con más de 30 años de vigencia).
Los estibadores continúan explicando que su trabajo está fundamentalmente regido por la Ley de Puertos, que tiene un apartado específico sobre las condiciones laborales del sector de la estiba y desestiba portuaria. En este sentido, Coordinadora habría logrado parte de los objetivos que se había marcado en cuanto a los turnos de trabajo, cediendo, por ejemplo, en el pago de antigüedad a los trabajadores de reciente empleo. Un punto esperado y avanzado en su momento por NAUCHERglobal.
En los próximos días se verán las razones reales de por qué la patronal no quiso el pasado viernes cerrar el nuevo acuerdo marco… y de quién fue la llamada telefónica que paralizó la firma. Todo apunta a presiones (¿espurias?) de Puertos del Estado.