La multinacional danesa Maersk anunciaba ayer su intención de reducir sus movimientos en el puerto de Algeciras de una forma drástica de cara al año próximo: el 30% de su volumen total en la terminal filial de APMT o, lo que es lo mismo, 700.000 movimientos anuales menos. Se trata de una medida que se presuponía desde hace años, dado el interés de Maersk por destacar en el Norte de África debido, por un lado, a los costes menores y, por otro lado, a las facilidades de Marruecos con las grandes corporaciones, y no sólo en Tanger Med: la industria del motor o la textil también pueden dar fe de ello.
El sector portuario algecireño, a excepción de la propia Maersk, está en situación de shock. Según ha podido saber NAUCHERglobal, tanto desde la autoridad portuaria como desde el Centro Portuario de Empleo de Algeciras han pedido que la compañía danesa tome medidas compensatorias y, la única respuesta que se ha obtenido hasta el momento es la petición de que los trabajadores de la estiba rebajen sus salarios y las previsiones de ingresos del CPE.
El coste actual por movimiento de un contenedor en Algeciras es prácticamente el doble que en Tanger Med, sobre los 100 dólares en el enclave andaluz y unos 50 en el puerto marroquí. Maersk ha jugado sus cartas lanzando un órdago histórico contra Algeciras y, además, amenaza con que la reducción de 2020 sea incluso mayor en años venideros, trasladando otro 20% o 30% del tráfico a Sines (en Portugal), Valencia o Barcelona.
Maersk también ha aprovechado para reclamar la mejora de la competitividad en los muelles gaditanos con la reducción del 20% de los costes por operación tras los ajustes, también drásticos, que tuvieron que aplicar los trabajadores en el año 2012; además de un incremento en la propia productividad sin repercutir en los costes. Desde el terreno, CCOO ha aprovechado para criticar que en los años de bonanza, no se han hecho las inversiones necesarias para mejorar la visibilidad del puerto a escala internacional… un hecho que realmente hubiera sido difícil que ocurriera en caso que la gestión se hubiera llevado de manera descentralizada, según apuntan otras fuentes.
El mismo sindicato, minoritario en Algeciras, reclama trabajo, paz social y capacidad de negociación. Una capacidad que también pretenden desde la propia terminal en palabras de Javier Sáez, director de RR.II. y Laborales de APM Terminals Algeciras a los compañeros de Europa Sur, “Hemos tenido varios intentos [de diálogo] con los representantes laborales. Es necesario acometer un plan importantísimo de mejoras, pero hasta ahora no hemos conseguido convencerles. Siempre les hemos dicho que era una cuestión de tiempo, dado que los mercados buscan la competitividad”. Son frases que inducen a una calma tensa.
En cualquier caso, las palabras del alto ejecutivo de APMT obvian una realidad palpable, y es que el Reino de Marruecos es más permisivo con la automatización de sus terminales. Tampoco explica que, al margen del menor coste de vida de Marruecos respecto a España, los derechos sindicales en el país norteafricano son prácticamente inexistentes y, de este modo, multinacionales como ha sido el caso de Maersk, emigran a Marruecos en busca, por un lado de reducir costes pero, por otro lado, para no polemizar con unos trabajadores sin afiliaciones… una situación similar –con sus lógicas diferencias- a la de Sines.
Tampoco ayuda a que las infraestructuras de Algeciras apenas hayan mejorado en los últimos lustros. De hecho el Ministerio de Fomento anunciaba también ayer la aprobación del expediente de información pública para el proyecto de duplicación de la carretera N-350, en el acceso Sur al puerto de Algeciras, con un presupuesto estimado de 52,1 millones de euros. Desde el Campo de Gibraltar, ven positivo –aunque tardío- este anuncio, sin embargo lo que siguen reclamando desde la autoridad portuaria es premura y decisión en los accesos ferroviarios, vitales para el desarrollo del puerto y del conjunto de la comarca y que, como en el caso de Barcelona, el Ministerio de Fomento sigue dando largas.
Actualmente son más de 1.800 los estibadores fijos en Algeciras que pertenecen al Centro Portuario de Empleo, más cerca de medio centenar de eventuales. Tras el anuncio de Maersk es previsible que los eventuales se queden sin trabajo y, a medio plazo, veremos qué ocurre con los que cuentan con un puesto de trabajo fijo, pero si a una reducción anunciada del 30% en APMT se le suma otra del 20% en los próximos años se vislumbra un problema grave a nivel laboral y social en el Campo de Gibraltar.
A todo esto, Maersk también ha jugado a su favor con los tempos y con el hecho que sindicatos y patronal de la estiba siguen en la negociación del V Acuerdo Marco cuya última reunión, el pasado miércoles, dejó a la vista las grandes diferencias que aún existen entre ambas partes. En el horizonte está la previsibilidad de una huelga de los trabajadores. Hasta final de año aún hay tiempo para dar la vuelta a la situación pero, en cualquier situación son las dos partes quienes tienen que ceder en sus líneas rojas para llegar a una entente.
En cualquier caso, volviendo a Algeciras, como principal puerto de transbordo del Sur de Europa se deberían plantear medidas urgentes para tornar este entorno y hacer de los muelles de Isla Verde exterior una ubicación donde priorice el comercio exterior: es decir, menos transbordo y más importación y exportación.
Quizá la Unión Europea podría ponerse más seria con los países competidores del Norte de África para aplicar políticas de protección ante competidores fieros que ningunean las condiciones laborales de los profesionales. Y, por otro lado quizá podrían obligar a España a que sus puertos de interés general puedan tener mayor margen de maniobra a nivel individual. En el Norte de Europa compiten de tú a tú Rotterdam, Amberes, Brujas, Bremen, Hamburgo… y no hay tantos problemas ya que cada uno tiene una parte del pastel. ¿Por qué no pueden competir en igualdad de condiciones los grandes puertos españoles con los franceses, italianos, griegos, turcos o norteafricanos?