La Asociación Nacional de Patrones Profesionales de Embarcaciones de Recreo (ANPPER) ha cargado duramente contra lo que califican como “desproporción” en el examen para la obtención de titulo de patrón profesional, que tuvo lugar el pasado 13 de diciembre en Madrid
Según la entidad, “después de haberse suspendido, por razones obvias, el examen para la obtención de certificado de especialidad de patrón profesional de embarcaciones de recreo varias veces, por fin se nos dio un día para realizarlo, el 13 de diciembre, eso sí sin el debido tiempo en las publicaciones”. Además, apunta a que “se celebró en Madrid, como es habitual”, pese a “solicitar reiteradamente que se realizara por Autonomías”.
Para la asociación, “a diferencia de las titulaciones de recreo, el certificado de patrón profesional de enmarcaciones de recreo, sirve para trabajar, no para pasear con familia y amigos”. En este sentido, “esa fue la razón por la que desde ANPPER insistiéramos para que se realizara de una forma segura y con las debidas de seguridad en distintas partes de la geografía española, precisamente para minimizar el grupo de personas y el riesgo de contagio, a parte del beneficio a los aspirantes a la hora de rascarse el bolsillo”.
En total se presentaron 583 aspirantes que acudieron a examinarse a una facultad de Derecho, “donde estaban convocados a las 12:00 horas, con toda normalidad y guardando las distancias y precauciones que la ocasión se requerían”.
Respecto de la prueba, “desde nuestra asociación, no dejamos de asombrarnos del filtro que supone este examen tal y como está planteado, parece un filtro con la finalidad de que suspenda la gran mayoría”. Así, aclaran que “en el último examen aprobó un porcentaje del 30%”.
ANPPER califica el examen como “preguntas dignas de una oposición superior” y “rebuscadas” y señalan que los aspirantes “pretenden trabajar y que el patrón conozca las normas generalizadas de las distintas normativas, no que sean un disco duro almacenando datos”.
En este sentido exigen que les digan exactamente “lo que tenemos que estudiar concretando dentro de los distintos apartados que nos correspondan y no nos sorprendan con preguntas ilógicas que no nos pertenecen”. Y acaba pidiendo una reflexión a los convocantes del examen.